El otro día regresaba con un compañero de trabajo de un a cita con un cliente. Yo manejaba y entre más tiempo transcurría, más me desesperaba porque éste susodicho compañero cada vez que tenía la oportunidad de presionarme para torcer la ley, lo hacía:
-pinche Charlie, si pasabas
-no cabrón; ya estaba el ámbar y yo todavía ni empezaba a cruzar
-pues si pero pues le metes tantito y alcanzas a pasar
***********
- aquí date la vuelta
-pero está prohibida
- no hay bronca, no hay nadie
- no, si no es porque haya alguien; Esta prohibido cabrón
- pinche Charlie, así nunca vamos a llegar a llegar
Chale.
¿Por qué nadie respeta le ley?
Ojalá esta situación fuese la primera que ocurriera pero desgraciadamente sucede con mucha frecuencia. Nadie conoce la ley. Y las pocas leyes que se conocen, se hacen a un lado porque la prisa es más importante; porque somos incapaces de salir más temprano de nuestro origen para llegar a tiempo a nuestro destino. ¿Y qué ocurre cuando vamos al extranjero? allá si vale la ley, ¿no cabrones? allá si se respeta todo. Malditos hipócritas.
No se puede aspirar a mucho si no se respetan las reglas del juego. No podemos aspirar a una educación digna, cuando sobornamos a los profesores. No podemos aspirar a tener gobernantes rectos y trabajadores, cuando nos pasamos las luces rojas del semáforo o hacemos San lunes.
Bien dicen que cada pueblo tiene el gobierno que se merece y para muestra basta asomarnos a la ventana. Preguntarle a algún conocido que tenga un negocio cuánto declaró a Hacienda o preguntarnos cuantas veces he dado mordida para acelerar un trámite. No digo que sea fácil. Para nada. El camino de la rectitud siempre es el más difícil de andar y no hay más que ver los 10 mandamientos. Uuuuuuuuuuuta!!! Ni siquiera me los sé. Pero de lo que sí estoy seguro es que no se vale hacerse pendejo y hacer como si no ocurriera nada y por si fuera poco, no ser responsable de nuestros actos. Eso es lo peor que puede ocurrir en una persona y desgraciadamente aquí ocurre muy seguido. Como cita el WarPig, "lanzar la piedra y esconder la mano". Si algo me puede hacer berrear, es eso. Ojalá todos fuésemos más "gallitos" en reconocer nuestros actos.
Mientras todo esto no ocurra seguiremos tolerando las intolerancias de los demás.
1 comentario:
Coincido totalmente contigo. Creo que se empiza por cada uno y no por exigirle a los gobernantes que hagan algo. Tenemos que ser nosotros quienes separemos la basura, cuidemos el agua y no seamos corruptos.
Cuando puedas, lee lo que escribi en mi blog ;)
http://fuera-de-lugar.blogspot.com/2006/07/la-dentista-taxista.html#links
Publicar un comentario