mayo 17, 2006

¡¿Que qué!?

Por más que he tratado de ser constante con esto, no he podido. Pienso que si hiciera ese ejercicio en donde te compras una planta para saber que tanto la cuidas y descubrir después de algún tiempo como ha evolucionado, mi planta ya estaría en el cielo de las plantas. En fin. Trabajo, trabajo, trabajo... creo que esta vez no prometeré poner más atención en publicar más seguido. Tengo la percepción que, de cualquier forma, esto nunca nadie lo lee. Por lo pronto tengo que decir que estoy un poco harto de que no salen las cosas como yo he deseado pero supongo que es parte de este doloroso proceso de crecer o evolucionar o como gusten y manden llamarle. Quiero tantas cosas que hay veces que creo que aunque tuviera más tiempo no me alcanzaría la vida para hacerlas todas. He descubierto que soy muy, muy ambicioso. No se si este mal pero de alguna forma estas ambiciones sirven de motor a mi andar. Tengo 28 años y veo que he desperdiciado partes importantes de mi vida. Tal vez no sea nada nuevo pero no dejo de asustarme. Tengo 28 y no dejo de reírme sobre cosas que ya no deberían causarme risa, según dicen algunos. Me faltan 2 para los 30 y me miro en el espejo cada vez más feo. Siempre he pensado que el mundo es de los feos (sino pregúntenle a Thom Yorke), pero falta algo para poder pertenecer, incluso, a ese mundo de los feos. Necesito vacaciones. Pero siempre que pienso en pedir aunque sea un par de días me doy cuenta que cuando regrese el trabajo se habrá acumulado. ¿Tendrá algún nombre este tipo de actitud? No es para nada motivante que uno de las personas que, se supone, laboran para ti porque así lo mandan las jerarquías, gane más. Mientras escribo esto estoy escuchando una rolita que me acabo de piratear de Reactor. No piensen mal. Lo que sucede es que no existe disco aún de este grupo. Y mientras más la escucho, más me gusta. Creo que la música me tiene cautivo desde hace ya algunos años y entre más pasan más quiero escuchar. A veces he pensado en tener un lugar donde pueda tener todo esto que me gusta. Un cuarto con todos mis discos en un estante acomodados a mi placer. En otro, todos las películas o DVDs que he podido adquirir. En ese mismo, una sección más pequeña para todos los capítulos de Robotech o Macross, como ustedes gusten. Tal vez algún otro animé como Full Metal Alchemist. Que sé yo. Las paredes repletas de posters de The Cure, Led Zeppelin, The Beatles, Muse, Pearl Jam, Radiohead, Nirvana, The Strokes, Caifanes, Soda Estereo, The Hives, The Who, The Kinks... en un rincón una guitarra eléctrica con su respectivo ampli. En otro, un LCD de treintaitantas pulgadas, y contados a él un Game Cube, ah, y por supuesto con cable. En algún otro lugar, un escritorio con una computadora perrísima con conexión a internet de ultra alta velocidad con un disco duro infinito y más poder que un F1. Pensándolo bien mejor una computadora y una laptop. En algún lugar un equipo de sonido. Tener todos los libros que he empezado y no he finalizado o, peor aún, los que he comprado y ni siquiera he abierto. Tener en perfecto acomodo la colección de la R&R que tanto trabajo le ha costado a mi hermano, Androide, conseguirla quincena tras quincena. Solo pocas personas tendrían acceso, pero sin duda, Androide tendría la puerta abierta eternamente.