agosto 14, 2006
Los niños y los borrachos...
Una profesora de primer grado en algún lugar de México, explica en clase que ella es una fanática seguidora del América y pide a
los alumnos que levanten la mano en caso de ser también seguidores de las Aguilas. Todos en la clase, por temor a represalias por parte de la maestra, levantan la mano diciéndose Aguilas, excepto una niña del fondo de la clase.
La profesora mira a la niña con sorpresa y le dice: Lupita, ¿por qué no has levantado la mano?
Porque yo no soy fanática del América, responde. La profesora extrañada pregunta:
Vaya, si tú no eres de las Aguilas, entonces ¿cuál es tu equipo?
Soy de los Pumas y estoy muy orgullosa de ello, responde la pequeña. La profesora no daba crédito a sus fanáticos oídos.
Lupita, hija, ¿qué pecado has cometido para ser de los Pumas?
Mi madre es aficionada de los Pumas, mi padre es fanático de los Pumas, y mi hermano también es aficionado de los Pumas; por
eso, claro, ¡yo soy de los PUMAS!, dice convencida y orgullosa.
Bueno, dice irritada la profesora, eso no es motivo para ser de los Pumas. Tú no has de ser siempre lo mismo que tus padres. A
ver, si tu madre fuera prostituta y drogadicta, tu padre un vago, alcohólico y traficante, y tu hermano homosexual; entonces,
¿qué serías?
-Seguramente...
¡¡¡fan del América!!!!
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1 comentario:
Bien por la chamaca!!!
Y arriba los pumas!!!
Como no te voy a querer, si mi corazon es azul y dorada es mi piel...
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